A lo largo de nuestra vida transitamos por diferentes ciclos vitales y cada ciclo pertenece a su vez a un ciclo más grande y amplio. Comprender los ciclos de la naturaleza, de la tierra, de las estrellas es comprender nuestra propia naturaleza cíclica y nuestro Ciclo Menstrual.
Entender que no estamos separados del pulso del universo y alinearnos con nuestra sabiduría cíclica nos ayuda a resonar con los ritmos de la tierra, manteniendo nuestra vitalidad y salud.
Las mujeres transitamos 4 fases durante el ciclo menstrual. Un ciclo puede durar desde 25 a 30 o 32 días aproximadamente. Dependiendo de cada mujer y cada momento vital.
Por ejemplo, la duración media de mis ciclos es de 28 días, pero tengo ciclos de 26, 27 y 30 días. En realidad, lo que solemos llamar como “regular” no es que sean siempre iguales de 28 días, por ejemplo, sino movernos dentro de un espectro determinado. En consecuencia, lo regular es que cada mes se produzca la ovulación, lo generará semanas después la menstruación.
1 Ciclo 4 fases
1- Menstruación
2- Pre Ovulatoria
3- Ovulatoria
4- Pre Menstrual
1ra fase – Menstruación
Esta fase inicia con el 1er día del sangrado, los estrógenos y progesterona están en mínimos. Los estrógenos comenzarán a ascender cuando lleguemos al final de esta fase que finaliza el día 6 aproximadamente.
Durante la menstruación nos sentimos cansadas, sensibles y con las emociones están a flor de piel. Necesitamos cueva, retirarnos hacia nuestro mundo más intuitivo y sensible. Lo más importante para mi es hacer lo que nos apetece y nos pide el cuerpo. ¡Cómo siempre vamos! Esta etapa es ideal para hacer ese recogimiento cíclico, observar nuestras emociones, nuestras partes más oscuras, darnos espacio/tiempo para hacer la composta de aquello caduco. Así como, se expresa la energía de nuestro cuerpo físico eliminando y soltando a través del sangrado pues lo mismo con todo nuestro mundo psíquico.
Podemos observar esta fase como final de un ciclo, dónde nos entregamos a la muerte y la transformación, algo de nosotras muere, lo entregamos y devolvemos a la tierra.
Arquetípicamente se relaciona esta fase de menstruación a la luna nueva o luna negra y con los arquetipos de la Anciana, Bruja, Sabia. Así cómo, la luna se oscurece y nos muestra su sombra, podemos ver y sumergirnos en nuestra propia sombra. Es más fácil en estos momentos trabajar con lo inconsciente, lo relegado, lo no reconocido. Con las energías sutiles. Es como si el velo entre la vida y la muerte, entre lo consciente e inconsciente se hiciera más fino.
Generalmente los primeros días es cuando eliminamos la mayor parte del flujo y luego podemos comenzar a sentirnos con más energía, renovadas y con un chute de frescura y creatividad. En mi caso por ejemplo, hacia el día 4 o 5 comienzo ya a sentir el cambio de tendencia energético.
Hay ciclos dónde mi practica física de Yoga es muy breve o a veces nula y me centro en prácticas más meditativas, meditaciones en movimiento suaves y lentos. Hay otros meses dónde la práctica tiene un componente más Bramana, compensando el estado más Tamásico que nos sumergimos durante los últimos días de la fase pre menstrual y los primeros días de la menstruación. Todo depende de cómo ha sido mi fase anterior y cómo me siento en el presente.
No te daré recetas ni fórmulas mágicas, ni una serie de práctica física para hacer. Para mí, lo importante es ver cómo tu te sientes, porque cada mujer es diferente y por ende nuestros ciclos también.
No podemos generalizar ni poner etiquetas porque no tienen ninguna utilidad. Ni debemos encajar en ningún molde, ni hacer una u otra āsana en especial cuando estamos menstruamos. No vamos a menstruar siempre con luna llena o luna nueva. Cada una de nosotras tenemos nuestros propios procesos y tiempos. Lo más importante es tener el conocimiento y la experiencia sobre nosotras mismas. Detenernos, observarnos y escucharnos. Sentirnos en nuestro cuerpo y desde allí en plena consciencia de lo que necesitamos movernos hacia ello.
Puede ser útil llevar tu registro de práctica, una libreta dónde puedas anotar las prácticas que realizas y sobre todo cómo te sientes, las sensaciones que se generan. Además, si llevas el registro de tu diagrama lunar que te hablaba en el post anterior tendrás más información para ti.
Impresiones, emociones que se mueven, cómo te sientes, qué sientes, dónde lo sientes, eso es lo más importante para mí. Verás que con el tiempo tendrás tu propio registro y sabrás lo que es más acorde para ti en cada momento del ciclo.
No se trata sólo de saber, sino de sentir.
2da fase –Pre ovulatoria
A partir del día 7 y hasta el día 13 los estrógenos comienzan a subir progresivamente. Con esta subida, nos sentimos más activas. Nos inunda una sensación de optimismo, felicidad y positividad. ¡Vamos, estamos que nos comemos el mundo! Sentimos mucha más energía disponible, estamos renovadas, florecidas y abiertas al mundo después de la semana de cueva interior.
Pasada la luna negra la luna comienza a crecer hasta llegar al cuarto creciente. Arquetípicamente, relacionamos esta fase al elemento aire, a la Doncella y las diosas Venus, Afrodita y Artemisa. Así como ellas nos sentimos expansivas, sentimos la pureza, frescura y delicadeza de la primavera en nosotras. Tenemos ganas de comunicar, relacionarnos e interactuar con el mundo. Para mí es el mejor momento para sociabilizar, salir, quedar, conectar, crear y mover cosas pendientes.
Sin embargo, debemos ser capaces de administrar esta energía correctamente para no agotarnos y despistarnos con tantas opciones. Toma nota de tus ideas, de lo que surge en ti, de tus sueños y proyectos para tenerlos a mano y poder trabajarlos.
Es el momento ideal para una práctica de Yoga más Bramana, activa y dinámica, que nos ayude a canalizar esta energía disponible. También, podemos favorecer la Inhalación y realizar retenciones si es adecuado para nosotras. Conectar con el baile, la danza, el movimiento libre y expansivo. Aprovechar esta fase para desarrollar actividades creativas y artísticas en las formas que más nos agrade.
3ra fase – Ovulatoria
Entre los días 14 y 20 aproximadamente se desarrolla la ovulación. Ciertamente cada mujer es un mundo, por eso es importante observarnos y tener conciencia de lo que sucede en nuestro cuerpo. Notarás como el flujo cambia, haciéndose más denso y pegajoso, como la clara de huevo. Podemos sentir mayor sensibilidad en los pechos, dolor o molestias en el bajo vientre.
Ahora los estrógenos se encuentran en su pico máximo y una vez producida la ovulación la progesterona comienza a crecer. Gracias a este cambio hormonal la líbido aumenta, nos sentimos más atractivas y seductoras. Instintivamente nuestro cuerpo quiere procrear.
Estamos más abiertas, sensuales y disponibles.
Arquetípicamente relacionamos esta fase a la Madre y la Virgen y las Diosas Deméter, Gaia, la Diosa primordial la Madre Tierra.
En estos momentos del ciclo se potencia también nuestro instinto “maternal-cuidador”: somos más empáticas, compasivas y amorosas. Tenemos mayor tolerancia, paciencia y cuidado hacia nosotras y los otros (hijes, mascotas y proyectos).
Esta fase se asocia a la luna llena que es por excelencia el arquetipo de la madre nutricia. También, es el momento del mes dónde podemos ver las cosas con mayor claridad. La luna llena siempre nos muestra o revela algo. Es el momento de cosechar y que el trabajo realizado en las fases anteriores pueda ver la luz.
Tenemos mayor energía, mucha diría yo y si nos hemos pasado de actividad los días anteriores también podemos notar mayor cansancio y agotamiento. Nuestras emociones también como la luna han ido creciendo y podemos estar mucho más sensibles. Es ideal observarnos para que la transición entre las fase pre-ovulatoria y ovulatoria sea fluida y no nos pasemos de actividad haciendo chaturangas! 😉
Respecto a la práctica de Yoga mi recomendación nuevamente es escucharnos. Puede que necesitemos una práctica Samana, más equilibradora. Sobre todo si nos hemos pasado de actividad ó si no hemos podido descansar porque la luna llena nos ha dado insomnio.
Todo dependerá de cada una, yo por ejemplo entre los días 13 y 16 suelo tener mucha muuuuucha energía y luego comienzo a notar más cansancio, mi cuerpo empieza a prepararse para la siguiente fase. Mi práctica pasa a ser mucho más suave y equilibrada que los primeros días.
La práctica de Yoga nos debe ayudar a regenerarnos. No a agotarnos.
Pero, puede que esto nos lleve un tiempo integrarlo.
4ta fase – Pre Menstrual
En esta última fase, entre los días 21 y hasta que se produzca la menstruación, si no ha habido embarazo la progesterona comienza a descender. Y aquí podemos sentir de TODO! Ganas de bajarnos del mundo, ganas de morder a la gente jajaja! el nivel de intensidad varia de mujer a mujer y de mes en mes. Notamos más cansancio por falta de la progesterona, tristeza, son sentimos irritables, con más apetito y pueden surgir dolores lumbares, de cabeza, en fin, seguramente esta fase la conoces muy bien!
Estos signos son una invitación a parar el ritmo. A desacelerarnos. A llevar la atención a nuestro cuerpo y a lo que necesitamos.
La belleza de esta fase es que nos encontramos mucho más intuitivas, podemos leer entre líneas, percibir y observar las cosas con una mirada más sutil y transversal; que en las fases anteriores con tanto dinamismo se nos pueden pasar por alto. Es un momento ideal para estar atentas a nuestros sueños, intuiciones y percepciones, el velo comienza a hacerse más fino.
Esta fase se asocia al arquetipo de la Chamana, la sacerdotisa y las Diosas Hécate, Kali, Lilith, Isis. A través de ellas, nos sumergimos a las puertas de nuestro inconsciente relegado. Al inframundo. Así como la luna comienza a menguar vamos haciendo la purga, trabajando con nuestra sombra relegada.
Es el mejor momento para observar nuestras emociones, creencias y patrones. Escribir, hacer rituales ó gestos nos ayuda a expresar emociones retenidas y liberarnos de una gran carga psíquica. Estamos más permeables e intuitivas para trabajar y transmutar nuestros miedos, deseos, inseguridades o sensaciones de rabia, celos, ira, frustraciones, etc. Todo aquello que nos dé miedo mirar y sacar a la luz.
Y lo bonito es que cuando nos permitimos hacer esta purga mensual mirando a la cara a nuestras emociones más oscuras, mejor nos sentimos. Vivimos mejor aprovechando de esta energía cíclica.
Esta fase a mi me encanta, disfruto del retiro. El poder darme tiempo aparte, observarme y reflexionar. Puedo vivirla con frustración si no consigo ese retiro ( y «retiro» no es irme a la montaña a 1500mts de altura, es tomarme para mí 30min, 1 hora, lo que necesite). Es el momento en que más conexión siento con mi práctica física y las energías sutiles que se mueven. Hay ciclos dónde tengo bastante energía física, pero otros dónde prefiero realizar prácticas sutiles. Escribir, leer, reflexionar, también forman parte de mi práctica.
Cada momento del mes tenemos una energía disponible determinada, usarla a nuestro favor es una oportunidad para mantenernos integradas en cuerpo y mente. Para que no haya disociación, para que seamos expertas de nuestro propio sentir.
Debemos dejar de luchar por encajar en ciertos patrones u estereotipos. Esta información sólo debe servirte de referencia, pero cada una de nosotras tenemos nuestras propias necesidades y es yendo a favor de nuestras necesidades dónde respetamos y aprovechamos nuestra consciencia -conocimiento- cíclica.
Deseando que estas palabras te acerquen más a ti, con cariño.
Si quieres conocer más, te recomiendo que visites estos proyectos que son una joya: www.elcaminorubi.com www.mujerciclica.com
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